Causa de digestiones pesadas

¿Quién no ha padecido alguna vez digestiones pesadas? Esa sensación incómoda de plenitud y malestar, como si la digestión se convirtiera en un proceso lento y pesado que necesitara de toda nuestra energía, haciéndonos sentir sin fuerzas ni para levantarnos del sofá.

De forma ocasional, es frecuente que aparezca por uno u otro motivo en algún momento de nuestras vidas, aunque si esa situación es recurrente se recomienda la valoración del especialista. 

Sin embargo, ¿cuáles son las principales causas de las digestiones pesadas? El estrés, una inadecuada alimentación, comidas copiosas, comer deprisa o sin masticar correctamente, el exceso de alcohol o café, las comidas hipercalóricas o abusar de algunos tipos de alimentos son algunos de los múltiples factores que pueden causar digestiones pesadas. En general, un estilo de vida y alimentación poco saludable es el punto clave a tener en cuenta, aunque también existen otros factores, como la ingesta de medicamentos o ciertas intolerancias. 

Antes de desarrollar algunas de las causas más frecuentes, conviene recordar que nuestro aparato digestivo se encarga del proceso de digestión, mediante el cual los alimentos y bebidas se descomponen en nutrientes, los cuales tienen una función energética, estructural y/o reguladora. Durante todo el proceso de transformación, participan diferentes órganos que segregan enzimas digestivas.

Estamos hablando de un proceso complejo, durante el cual nuestro cuerpo de forma inconsciente debe coordinar todos los órganos implicados y sus distintas funciones. Por ello, en la digestión influyen muchísimos factores, empezando por el tipo y la cantidad de alimento que estamos comiendo, pasando por cómo lo masticamos o lo que estamos haciendo mientras comemos, e incluso afectando cómo nos sentimos.

¿Cómo podemos ayudar a cuidar nuestra digestión? Para ello, recogemos aquí las principales causas de las digestiones pesadas y algunas pistas para evitarlas.

Comida Copiosa Resalim
  • Comida copiosa: Una comida copiosa es aquella con abundante variedad de alimentos y/o en cantidades excesivas, normalmente con alimentos de tipo hipercalórico. Es frecuente que la mayor parte de eventos sociales suelan acompañarse de grandes cantidades de comida que nuestro cuerpo no está acostumbrado a ingerir en una sola ingesta. Si solemos sufrir digestiones pesadas al consumir comidas copiosas, deberíamos tratar de evitarlas. Cuando estemos ante una mesa repleta de diferentes platos, intentemos reducir las porciones de cada uno de ellos, así como comer y beber tranquilamente.
  • Alimentos más difíciles de digerir: Algunos alimentos son más difíciles de digerir como pueden ser las frituras, a veces, realizadas con aceites reutilizados lo que puede provocar una pérdida de sus propiedades, aunque también deberíamos tener precaución con alimentos ricos en grasas o azúcares simples como la bollería. Estos alimentos pueden alargar y afectar al proceso digestivo por lo que se recomienda evitar alimentos irritantes o fritos, así como ultraprocesados o postres cargados de azúcar.
  • Horarios: El desorden en los horarios de las comidas o picar a deshoras puede afectar a la energía que nuestro organismo necesita para digerir los alimentos. Además, si incluimos aperitivos calóricos, como unas patatas fritas de bolsa o frutos secos tostados con sal, o ingerimos bebidas alcohólicas, el sistema digestivo tendrá que hacer un sobresfuerzo para digerir y metabolizar los alimentos extra que recibe. Se recomienda seguir una dieta equilibrada con una ingesta regular y ordenada, evitando picar a deshoras y saltarse comidas.
  • Masticar bien: Todos sabemos que la masticación es una parte muy importante de la digestión, pero no siempre le dedicamos el tiempo y la atención que se merece. Cuando la masticación no se realiza correctamente, las siguientes etapas se ven perjudicadas. A veces, cuando realizamos una comida con amigos o con la familia, tenemos tendencia a comer más deprisa o a no masticar adecuadamente. Podemos intentar corregirlo y realizar bocados más pequeños, para que sean más fáciles de triturar. De esta forma, disfrutarás más del sabor de cada alimento.
  • Respirar: Aunque parezca algo obvio, la respiración es la gran olvidada. Una correcta respiración favorecerá el aporte de oxígeno a los órganos digestivos y mejorará su funcionamiento, reduciendo también el gas que ingerimos con las comidas y con las bebidas. Por tanto, la respiración es una parte básica al momento de comer. Podemos probar a realizar unas pocas respiraciones profundas antes de empezar a comer, así como comer tranquilamente sin prisa y sin distracciones, para evitar perder el ritmo de la respiración.
  • Evitar el estrés: El estrés puede tener un gran impacto en nuestra digestión, ya que puede producir alteraciones de la motilidad intestinal, de las secreciones digestivas o desequilibrios de la flora intestinal. Además, el propio estrés puede inducirnos a comer rápidamente, a ingerir cantidades más altas o a elegir alimentos más proclives a producir digestiones pesadas. Algunas recomendaciones son: aplicar técnicas de relajación, practicar yoga o pilates frecuentemente y buscar maneras de desconectar de nuestra rutina diaria.
  • Pasear: Se recomienda mantener un estilo de vida saludable, incluyendo la realización de ejercicio físico moderado, pero, además, también podemos realizar un paseo corto de unos minutos tras comer. De esta forma, ayudaremos a tener una mejor digestión y a favorecer el tránsito intestinal. Por supuesto, debemos evitar tumbarnos inmediatamente después de las comidas ya que esa postura puede enlentecer el proceso de digestión. Transcurrido un tiempo prudencial, si vamos a acostarnos, podemos hacerlo ligeramente inclinados hacia nuestro lado izquierdo ya que, de esta forma, se beneficia al proceso de digestión.
  • Ambiente relajado: Para un adecuado proceso de digestión se recomienda un ambiente relajado, sin tensiones que pueden hacer que comamos más rápido, sin masticar correctamente. El ritmo de vida al que estamos acostumbrados nos obliga en ocasiones a comer a toda velocidad e incluso de pie, sin prestar atención a lo que comemos. El momento de comer debería ser un momento de placer en el que disfrutáramos tranquilamente de cada bocado sin distracciones. Intentemos evadirnos durante el tiempo de nuestras comidas, sin permitir que nada nos afecte.

En resumen, se recomienda seguir una dieta equilibrada y variada y un estilo de vida saludable, intentando mantener unos horarios regulares de comidas y prestando la atención que se merece al proceso de digestión. Deberíamos controlar, en la medida de lo posible, la ansiedad e intentar comer despacio, masticando bien los alimentos, evitando comer frituras y alimentos irritantes de nuestra mucosa gastrointestinal.

Se aconseja evitar las comidas copiosas, solas o junto con bebidas alcohólicas, y de producirse, podemos consumir dos cápsulas de Resalim™ Plus, complemento alimenticio a base de extractos de alcachofa, piña, grosella negra, arándano y vitaminas B1 y B6. 

La introducción de infusiones de manzanilla, jengibre o menta poleo como postre en las comidas también es una opción recomendable. Además, podemos realizar un registro de alimentos para conocer cuáles de ellos nos sientan peor.

Ahora que ya conocemos las causas más frecuentes que provocan una digestión pesada, podemos empezar a llevar a cabo todas las recomendaciones para evitar que aparezcan. 

Formación Dietista Nutricionista diplomada por la Universidad del País Vasco y licenciada en Ciencia y Tecnología de los Alimentos por la Universidad Complutense de Madrid, con estudios de postgrado en alimentación hospitalaria (Universidad de Navarra), obesidad y factores de riesgo cardiovascular (Universidad Nacional de Educación a Distancia) y legislación alimentaria (Ainia Centro Tecnológico).